El Alcorcón, fin a un sueño que ha durado doce años

El delantero nigeriano del Alcorcón Emmanuel Apeh, y el defensa portugués del Eibar Frederico André Ferrão Venâncio, durante el encuentro correspondiente a la última jornada de segunda división que disputaron este domingo en el estadio Santo Domingo. EFE/Fernando Alvarado.

Alcorcón (Madrid), 30 may (EFE).- Doce años después de su histórico ascenso a Segunda, el Alcorcón dice adiós a la categoría de plata del fútbol español tras una temporada en la que nunca dio síntomas de poder salvarse debido a una mala gestión deportiva y una pésima planificación de la plantilla.

La pasada campaña la permanencia fue agónica. El club no quiso mantener la apuesta de la temporada 2019/2020 por Fran Fernández, pese a que los resultados fueron magníficos, y decidió iniciar una nueva etapa con Mere Hermoso. Un estilo antagónico de juego que no obtuvo resultados y que tuvo que enmendar Juan Antonio Anquela, el ídolo de la afición que volvió al rescate de su equipo con los valores de la vieja escuela.

Para el presente curso, Emilio Vega, director deportivo del club, relegado en abril de este 2022 a un nuevo puesto dentro de la entidad, renovó por completo el plantel con futbolistas de su preferencia, pero no encontró una defensa solvente ni una delantera con ciertas garantías de gol, algo que se vio desde el principio.

La plantilla, muy envejecida con once jugadores por encima de los treinta años, se vio inconsistente ante el físico que impera en Segunda.

Anquela solo duró en el banquillo seis partidos y todos los ecos de su glorioso pasado en la entidad alfarera se esfumaron rápidamente. La apuesta de la dirección deportiva fue Jorge Romero, el técnico del filial, que había vuelto al club en verano de 2021 en una maniobra que parecía orquestada de antes para cuando cayera el jienense. Solo duró siete partidos al frente del primer equipo.

El tercer técnico, Fran Fernández, llegó al Alcorcón en el peor momento, con el equipo hundido en la tabla, sin rumbo y un clima social muy convulso. No fue el revulsivo que necesitaba el equipo porque la plantilla tampoco acompañó. Descompensada, sin delantero de referencia y con el lastre del covid, que afectó también al resto de clubes, el equipo se resintió y terminó por hundirse, a pesar de que la mejoría en el juego y el cambio de imagen fue notable.

Que la planificación del equipo al inicio de temporada había sido mala quedó patente cuando, en el mercado de invierno, el club acometió nueve llegadas y otras nueve bajas, siendo especialmente llamativa la del portero Dani Jiménez, uno de los pesos pesados del vestuario, que se bajó del barco en el momento crítico.

En una situación muy delicada, sin mucho tiempo para acoplarse, y en plena deriva deportiva, ninguno de ellos tuvo un papel excesivamente protagonista, llegando las mejores noticias del filial con jugadores como Oscar Rivas, un central de futuro en el que el club tiene depositadas muchas esperanzas.

Renovarse con gente joven y del filial, que este año ha ascendido a Segunda RFEF, es el nuevo reto del Alcorcón, una entidad que desde que fue adquirida en 2019 por la empresa Best Navy, en la que figuran como consejeros el estadounidense David Blitzer e Iván Bravo, que ejerce de presidente en la distancia, desde Catar, está más despegada que nunca de la afición alfarera.

Salvo su primera temporada, la 2019/2020, en la que Fran Fernández lideró el proyecto y lo dejó décimo, ha caído cuesta abajo sin frenos.

El descenso pone fin a doce temporadas de sueños e ilusiones en Alcorcón. Por Santo Domingo siempre se recordará la disputa de la promoción de ascenso a Primera en 2012 con Juan Antonio Anquela, la buena campaña con José Bordalás en 2013, en la que también se peleó por subir, o la temporada 2015/2016, en la que con Juan Ramón López Muñiz solo un gol privó al equipo de concluir sexto y volver a jugar la promoción.

Frente al Eibar, en el último de los 504 partidos disputados por el Alcorcón en Segunda, no se escuchó entre los escasos aficionados alfareros que acudieron al estadio ningún atisbo de cántico del lema que hizo grande al club: «Hasta el último minuto del último partido».

La decepción por el descenso, el desapego con la dirección que preside el club desde 2019 y la deriva deportiva de los últimos años han acabado con la ilusión de una afición que parecía acostumbrada a competir en Segunda. El sueño ha concluido. Ahora solo queda hacer un nuevo proyecto basado en gente de la casa y recuperar los viejos valores de un club que se hizo grande siendo familiar.

David Ramiro