Doha (Catar), 1 feb (EFE).- «Si podemos añadir una plaza olímpica a la conseguida por Ana Carvajal, estaría satisfecho», admite abiertamente a EFE el italiano Domenico Rinaldi, director técnico de saltos RFEN, en la víspera del estreno del Mundial de Doha (Catar).
Y es que España solo cuenta con una plaza para los Juegos de París, la conseguida por Ana Carvajal en la plataforma de 10 metros, después de finalizar sexta en la final del pasado Mundial en Fukuoka (Japón).
Ahora Rinaldi cree que se puede conseguir alguna plaza más, pero insiste, en declaraciones a EFE, que hay que ir paso a paso. En el programa olímpico hay ocho pruebas en las dos categorías -hombres y mujeres-: trampolín (3 metros) y plataforma (10 metros); en individual y sincronizados.
En Doha hay en juego doce plazas en cada una de las cuatro pruebas individuales; y ocho en cada una de las dos pruebas de saltos sincronizados.
Rinaldi adelanta que Ana Carvajal, la joven saltadora madrileña de 17 años, «seguramente no va a participar» en la prueba de plataforma 10 metros, donde consiguió la clasificación olímpica.
«Estamos enfocando todos nuestros esfuerzos en la prueba de sincronizados de la pareja porque como fuimos séptimos en el Mundial, tenemos esperanzas de clasificar», indicó.
Rinaldi explica que Carvajal tiene un programa cargado, con tres días consecutivos, y en un año intenso por la presión con sus estudios de bachillerato y «mucha presión».
«Le quitamos la prueba que tiene segura para que enfocarse en el sincronizado con Valeria Antolino», adelantó el técnico italiano, quien valora la importancia de que España «por primera vez» desde que llegó en enero de 2022 dispone de un equipo para competir en las ocho pruebas del programa olímpico.
«Cuando llegué, justo antes del primer Mundial en Budapest, España solo competía en dos pruebas olímpicas, ahora en ocho. ¿Cómo vamos? Tengo muchas ilusiones, pero es muy complicado», admitió.
Rinaldi asegura que en la prueba de sincronizados trampolín 3 metros, con el balear Adrián Abadía y el canario Nicolás García Boissier, España «tiene una posibilidad», aunque el cambio de normativa, no benefica.
«Ahora el selectivo se hace en una prueba única. En Fukuoka había eliminatoria y final, ahora no y todo va a tener más riesgo, no para nosotros, para todos, porque no hay posibilidad de fallo», insiste.
Habla de esa prueba y también de las opciones de Valeria Antolino (plataforma 10 metros) o de las de Carlos Camacho, pero no quiere levantar las campanas al vuelo.
«Son competiciones muy duras, con 140 saltadoras y 170 saltadores. Va a ser una competición muy larga. El equipo está bien», dijo Rinaldi, quien pone en contexto el trabajo realizado en estos pocos años.
«El mundo de los saltos habla del buen trabajo que estamos haciendo con el equipo español, pero nuestro nivel es europeo. Si tenemos que empezar a hacer historia, creo que tenemos que hacerlo en Europa, que no es fácil, porque hay equipos potentes como Alemania, Gran Bretaña, Ucrania o Italia», cuenta.
Rinaldi asegura que el primer paso es que España pueda codearse en este círculo y después «pensar en otras cosas». «En este Mundial nos planteamos una o dos plazas olímpicas más, pero tenemos que ser realistas», añade.
En todo caso se muestra satisfecho por la juventud del equipo, con la entrada de nuevos valores como Max Liñán y Jorge Ledesma, ambos de 2005 y éste último de origen mexicano, o de Maria Papworth, una saltadora de origen británico nacida en 2001.
«Todo eso hay que ponerlo en valor. Jorge (Ledesma) debutó hace unos días en una competición en Rostock, es novato, muy joven. De hecho todo el equipo lo es, los más experimentados son Rocío Velázquez y Nico García -ambos de 1995-«, añadió.
Rinaldi cree que este Mundial servirá a Max (Liñán), María (Papworth) y a Jorge (Ledesma) para ganar experiencia. «Por eso el margen de mejora es muy alto, pero también por eso no estoy seguro del porcentaje de éxito. Hemos trabajado muy bien, pero el primer paso es hacer historia en Europa», dijo.
Francisco Ávila