Madrid, 8 jul (EFE).- Tras dos años de pandemia, los organizadores del Orgullo esperan congregar mañana sábado a un millón de personas en la manifestación de Madrid que reivindicará la ley trans y LGTBI y un pacto social contra los discursos de odio, en un momento fundamental tras el aumento de agresiones contra el colectivo.
Bajo el lema “Frente al odio: visibilidad, orgullo y resiliencia” se formará la cabecera de la marcha junto al Museo del Prado, que contará íntegramente con la participación de activistas LGTBI+, y habrá una segunda pancarta, «Pacto social y de Estado contra los discursos de odio”, que sujetarán representantes políticos y sociales.
Los organizadores, FELGTB y COGAM (colectivo LGTBI de Madrid), destacan la importancia del Orgullo de este año, ya que «la visibilidad es fundamental en este momento de aumento de los discursos de odio», entre los que citan «los brutales incidentes» de Oslo en un bar y el crimen hace un año de Samuel Luiz en A Coruña.
MÁS DE 100 ENTIDADES Y 40 CARROZAS EN LA MANIFESTACIÓN
Cerca de 100 entidades, más de 1.000 personas voluntarias y 40 carrozas integrarán la manifestación, que comenzará a las 19.00 horas en la Plaza de Carlos V y concluirá en la Plaza de Colón, donde se dará lectura a un manifiesto.
En la marcha tendrá especial protagonismo la bandera trans, que «recorrió España exigiendo los derechos» del colectivo».
«FRENTE AL ODIO: VISIBILIDAD, ORGULLO Y RESILIENCIA»
Con el lema que encabeza la manifestación marcharán activistas que trabajan en diversos ámbitos, como la discapacidad, la realidad gitana, la migrante y el feminismo.
Entre ellas, figuran Uge Sangil (presidenta de la FELGTB) o la exdiputada autonómica socialista Carla Antonelli, así como representantes de las dos entidades que también han impulsado el proyecto de ley trans y LGTBI, como Chrysallis (Asociación de familias de Infancia y Juventud Trans) o la Fundación Triángulo.
En un comunicado, Uge Sangil ha destacado la «lección de orgullo y resiliencia» que ha dado el colectivo durante los dos años de tramitación de la ley trans «peleando con constancia y valentía para ampliar nuestros derechos» y ha urgido a que «nuestra ley trans y LGTBI, crezca en el proceso parlamentario y se apruebe ya”.
Además, Sangil ha avanzado que la manifestación también quiere ser una voz «para proteger y avanzar en los derechos de grupos vulnerables y de las mujeres», frente a recortes como el practicado en Estados Unidos con el aborto.
«PACTO SOCIAL Y DE ESTADO CONTRA LOS DISCURSOS DE ODIO»
El colectivo saldrá también el sábado a las calles de Madrid para reclamar un pacto social y de Estado frente a los discursos de odio, que «estigmatizan y señalan a los grupos vulnerables, socavan los cimientos de la convivencia social, ponen en peligro los avances logrados hasta la fecha y fomentan el aumento de los delitos».
En esta segunda pancarta se espera la presencia de los dirigentes de CCOO, Unai Sordo, y UGT, Pepe Álvarez, entre otros.
EL GOBIERNO CIERRA FILAS CON EL ORGULLO
A la espera de conocer si algún miembro del Gobierno participará en la manifestación, los ministerios han incluido en sus perfiles de Twitter el cartel multicolor de la campaña «Orgullo de País», promovida desde Igualdad, y el presidente Pedro Sánchez incluso ha rodeado su foto con un círculo arcoíris.
Entre los ministros que han recordado la campaña en la red figuran Yolanda Díaz, Carolina Darias, Reyes Maroto, Miquel Iceta e Irene Montero, en tanto que Ione Belarra ha optado por otra imagen con el lema «¡Es ley! Orgullo de derechos.
Además, el logotipo del Palacio de la Moncloa que aparece en la cuenta de Twitter del Ejecutivo figura igualmente rodeado por un anillo multicolor.
UN ORGULLO MARCO POR EL ENFRENTAMIENTO CON EL AYUNTAMIENTO
Durante las celebraciones del Orgullo 2022 se han registrado críticas de los organizadores al Ayuntamiento de Madrid, que se ha negado a colgar la bandera arcoíris en su sede.
Aunque aún no ha confirmado su participación en la marcha, el alcalde madrileño, José Luis Martínez-Almeida, ha pronosticado una manifestación «pacífica» y «reivindicativa», por lo que espera que no haya personas que puedan «estropear» su carácter «alegre y abierto».