«Il buco», la película que se adentra en la cueva más profunda del mundo

Imagen de archivo del director de cine Michelangelo Frammartino y la escritora Giovanna Giuliani en la presentación de la película en el Festival de Venecia en 2021 donde ganó el premio especial del jurado. EFE/EPA/ETTORE FERRARI

Madrid, 9 sep (EFE).- El cineasta italiano Michelangelo Frammartino rinde homenaje a los doce espeleólogos que en 1961 descubrieron la cueva más profunda del mundo, casi 700 metros de profundidad en el altiplano calabrés, con su película-documental «Il buco» (el agujero), que llega a las salas españolas este viernes.

La cinta surge cuando en enero de 2007 su ahora amigo Antonio la Rocca, alcalde de Alessandria del Carretto, un pueblo calabrés donde estaba rodando su película «Le quattro volte», le habló del Abismo de Bifurto y su exploración.

«Años más tarde, en 2016, Antonio organiza una expedición espeleológica y me invita, y ahí es donde conocí a Giulio Gècchele, uno de los espeleleólogos que había participado en la exploración de 1961. Me contó su historia», explica el director a EFE en una entrevista.

Cuando a principios de los sesenta el boom económico mundial estaba en pleno apogeo en Italia y el mundo miraba hacia el cielo con la construcción de monumentales rascacielos como el Pirelli de Milán, Gècchele y su joven grupo espeleológico del Piamonte se dedicaron a ir libremente en la dirección contraria.

En el fondo de la península italiana descubrieron la cueva más profunda del mundo, el Abismo de Bifurto. El récord era desconocido incluso para los propios exploradores, sin embargo, su hallazgo no se hizo público y permaneció tan escondido como el oscuro submundo en el que tuvo lugar.

«Il buco» es una película «particular», dice su director, ya que no tiene diálogos, ni música, ni siquiera luz, la única iluminación es la de las linternas de los espeleólogos que se cuelgan por las húmedas paredes de roca. El objetivo que quiere conseguir el director es que el espectador sienta que se está adentrando en la cueva de verdad.

«Es una película que por cómo está rodada, la luz y el sonido que tiene, está hecha para verse en pantalla grande, es decir, en el cine», advierte.

Preguntado por la dificultad de rodar en una cueva de tanta profundidad (llegaron hasta los 400 metros) y más sin experiencia espeleológica previa, Frammartino confiesa que «fue dificilísimo»: «Fue largo y agotador. Entre bajarse, equiparse, rodar y luego subir, los días nunca terminaban. Había días que usábamos casi 10 horas entre prepararnos y bajar, y luego necesitábamos 5 horas para salir», cuenta.

Asimismo, detalla que eran dos equipos de rodaje, los que trabajaban dentro y los que bajaban a la cueva. Durante el rodaje siempre estaban conectados mediante un cable de fibra óptica a la superficie, donde trabajaba Renato Berta, el director de fotografía.

Paralelamente a la expedición, la cinta transcurre ante los ojos de un viejo pastor del lugar que asiste a la llegada de estos forasteros con picos y planos a un territorio virgen.

«Los piamonteses admiraban la nobleza de los pastores y a su vez los aldeanos admiraron el coraje de esos extraños muchachos que llegaban para meterse en la cueva más profunda del mundo», señala.

Frammartino ganó con esta cinta el premio especial del jurado en el Festival de Venecia de 2021.

Silvia García Herráez