Incredulidad y resentimiento de la ultraderecha francesa por el cordón sanitario

El pueblo francés reacciona tras los resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas en la Place de la Republique en París, Francia, el 7 de julio de 2024. EFE/EPA/Yoan Valat

Antonio Torres del Cerro

París, 7 jul (EFE).- Sentados con una copa de vino en la mano, un grupo de militantes mira sus teléfonos móviles sin lograr esconder su incredulidad. Los sondeos al cierre de los centros de voto dan a su partido, el ultraderechista Agrupación Nacional (RN), el tercer puesto en las legislativas franceses.

«Mira, mira», señala con un hilo de voz una cuarentona rubia, con una cruz bien visible colgada del cuello, mientras enseña su teléfono a un amiga con los resultados de las encuestas de opinión que circulan en los grupos de WhatsApp poco antes de las 20 horas, nada más cerrar las urnas.

Algunos se llevan las manos a la cabeza, otros se aferran a su bebida y muchos enmudecen. La incredulidad es enorme, sobre todo teniendo en cuenta que habían circulado algunos sondeos a media tarde que situaban al RN cerca de la mayoría absoluta.

La ultraderecha de Marine Le Pen ha quedado tercera, por detrás de la alianza de izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP) e incluso del macronismo, que la propia Le Pen consideraba finiquitado.

Uno de los militantes que se muestra prolijo en sus explicaciones es el veinteñaero Portier: «Somos el primer partido de Francia», se esfuerza en subrayar el estudiante, viendo el vaso medio lleno. Es cierto, pues la izquierda y el macronismo se han presentado como coaliciones

Como el resto de los invitados, la mayor parte afiliados al RN de París y sus alrededores, este joven de fino bigote y gafas de montura ancha maldice el cordón sanitario, ese resorte que sale a relucir en las segundas vueltas de presidenciales y legislativas y que consiste en votar al candidato que no sea de la ultraderecha lepenista excluida así como una fuerza no democrática.

«Es constitucional, pero es deshonesto», analiza el universitario de la prestigiosa Science Po, habitante de Montreuil, una ciudad limítrofe con París gobernada por la izquierda y con una alta tasa de inmigración.

Una peruana y brasileña, antiinmigración

Una mujer reacciona tras los resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas, en Marsella, sur de Francia, el 7 de julio de 2024.EFE/EPA/Teresa Suarez

La noche electoral del partido ultranacionalista, celebrada en el Pavillon Chesnaie du Roy, en pleno bosque de Vincennes, en el extremo este de París, cuenta también con acentos de otras geografías.

Una mujer de unos 50 años luce en su solapa un pin del RN junto con una bandera de Brasil. «Estoy en contra de los inmigrantes que están aquí y no trabajan, que no declaran sus impuestos, cuyos hijos no van a la escuela y que quieren aprovecharse de lo que Francia le da», comenta a EFE.

Esta abogada, nacida en Foz de Iguazú y que ahora vota en Francia como nacionalizada, está convencida de que «nunca le pasará nada con el RN en el poder» por el hecho de ser de origen inmigrante, pues paga sus impuestos, tiene trabajo y su hija frecuenta la escuela.

Igual de convencida está su amiga Gabi, una peruana de mediada edad. «El RN no va a botar del país a todos los inmigrantes, solo a los que no respetan el país y no se integran».

La mujer, quien tiene la nacionalidad francesa por haberse casado con un francés, apunta a las personas procedentes del Magreb y del África subsahariana que considera conflictivas porque «no se integran y quieren imponer algo», en alusión a la religión musulmana.

«Los peruanos se han integrado bien en Francia», aclara la sudamericana, quien asevera que para ese tipo de migrantes no africanos «no hay racismo».

Dos veinteañeros militantes, blancos y de ojos claros, han sido también invitados a la velada. Vestidos impecablemente de traje, hablan con soltura a la prensa, evocando con sus gestos, a un tal Jordan Bardella, el candidato a primer ministro del RN de 28 años que se ha quedado sin posibilidades de gobernar.

Ambos proceden del mismo departamento que Bardella, el de Seine-Saint-Denis, el que cuenta con mayor tasa de inmigración y uno de los que acumula más precariedad. «La gente está completamente de acuerdo con nosotros cuando les hablamos de los problemas que hay abordar en primer lugar», anota uno de ellos.

Es decir, la inseguridad, la inmigración masiva, el poder adquisitivo y el orden. «Somos un partido perfectamente respetable», agrega el otro. Para él, los candidatos del RN a estas legislativas salpicados por sus loas al nazismo, al antisemitismo y al racismo ha sido una «historia de los medios» que no se corresponde con la realidad.

«Nosotros aportamos respuestas para sacar del agujero a los franceses», argumentan al unísono. Para los dos, la prioridad nacional tiene todo el sentido.

«¿Sabes lo que tardó mi familia en contar con un alojamiento social? ¿Lo sabes? Ocho años. Y mientras he estado viviendo con un muro lleno de moho y a otros que han venido de fuera se lo han dado nada más llegar», concluye uno de los jóvenes.

Los partidarios de la Agrupación Nacional (Rassemblement National, RN) esperan el anuncio de los resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas en París, Francia, el 7 de julio de 2024. EFE/EPA/Christophe Petit Tesson
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