Madrid, 18 sep (EFE).- El Teatro Real, con la colaboración del artista plástico Jaume Plensa, ha abierto «una ventana» en la cúpula de su Sala Principal gracias a una videoproyección que reproduce a lo «más único» que tiene Madrid, «su cielo», el cual podrá verse como anticipo a cada representación y entreactos.
La instalación, titulada sencillamente «Cielo», será presentada oficialmente al público este martes durante el estreno de la temporada operística 2023/24 con «Medea» de Cherubini, en una función que será presidida por los Reyes.
«Si algo tiene único y excepcional Madrid es su cielo y había que abrir este teatro a ese cielo y así a su gente, a su comunidad, porque a veces los teatros son herméticos a su sociedad y había que abrir esta ventana», ha explicado el también escultor catalán sobre el propósito de su instalación, que fue filmada desde la propia azotea del recinto.
Durante la presentación, Plensa se ha sentido halagado por el «silencio» con el que la prensa ha observado a oscuras excepto por esa proyección de un azul profundo surcado por nubes blancas, que parecen evitar la monumental lámpara de araña semiiluminada.
«Ese silencio es lo que pretendía esta obra, preparar al espectador para la ópera que está a punto de ver, una transición hacia el silencio desde sus cargas emocionales y problemas cotidianos», ha dicho.
Serán unos 20 minutos de proyección que irá cambiando con el tiempo para mostrar diversos estados del cielo (se han grabado hasta 7 clips distintos durante tres días) y que recibirá a los espectadores del Real en los prolegómenos de los espectáculos, así como a las personas que visiten las intalaciones del teatro.
«Me gusta porque es como un susurro», ha opinado Plensa sobre su propia obra, una forma de «pintar con luz» la cúpula de la Sala Principal.
Según ha explicado el presidente del Patronato del Teatro Real, Gregorio Marañón, la idea comenzó a tomar forma en 2007, cuando se planteó que el Real intentara reunir «una coleccion de arte contemporáneo muy relevante».
«No se hizo porque no era el tiempo, porque en el inicio de la gravísima crisis de 2008 habría sido un desastre. Hoy está todo mucho más claro, el teatro tiene un perfil reconocido y una entidad patrimonial clarísima y esta obra cobra todo el sentido como una ventana abierta», ha señalado.
Para Marañón, esta instalación representa que «las raíces del Real vuelan, que lo que somos y queremos llegar a ser tienen una realidad arraigada en unas raíces y que sigue soñando».