(Actualiza con nuevas reacciones del Gobierno francés)
París, 7 ene (EFE).- La figura de Jean Marie Le Pen, fallecido este martes a los 96 años, «está sujeta al juicio de la Historia», señaló el Elíseo en un comunicado en el que repasa la figura política del histórico líder de la extrema derecha francesa.
Le Pen fue una «figura histórica de la extrema derecha» que «desempeñó un papel en la vida pública de nuestro país durante cerca de 70 años y ahora está sujeta al juicio de la Historia», resumió la sede de la Presidencia francesa.
En el comunicado, recuerda que Le Pen fue cinco veces candidato a la presidencia francesa, diputado en tres legislaturas, diputado europeo siete veces, concejal del barrio XX París y diputado de dos regiones.
En las elecciones presidenciales de 2002 logró pasar a la segunda vuelta, en la que obtuvo el 17,8 % de votos frente al conservador Jacques Chirac, que le ganó.
Entre otras reacciones a su fallecimiento, el líder del partido izquierdista La Francia Insumisa, Jean Luc Mélenchon, señaló que «el respeto a la dignidad de los muertos y al dolor de sus seres queridos no borra el derecho a juzgar sus actos. Los de Jean Marie Le Pen siguen siendo insoportables».
«La lucha contra el hombre ha terminado. Continúa la lucha contra el odio, el racismo, la islamofobia y el antisemitismo que difundió», añadió Mélenchon en X.
El primer ministro francés, el centrista François Bayrou, consideró que «más allá de las polémicas que eran su arma preferida y de los enfrentamientos necesarios, JM Le Pen fue una figura de la política francesa. Al luchar contra él, se podría ver el luchador que era».
Para el ministro del Interior, el conservador Bruno Retailleau, «hoy se cierra una página de la historia política francesa. Sea cual sea la opinión que se pueda tener sobre Jean Marie Le Pen, marcó sin duda su época».
Por su parte, Éric Zemmour, líder y fundador del partido ultraderechista Reconquista, dijo que «más allá de las controversias, más allá de los escándalos, lo que recordaremos de él en las próximas décadas es que fue uno de los primeros en alertar a Francia de las amenazas existenciales que le esperaban».