La altura y la cerámica campaniforme, singularidades del yacimiento de El Peñón, en Córdoba

La aparición de restos de cerámica campaniforme y la altura en la que se ha encontrado el yacimiento de El Peñón, en Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba), son dos de las singularidades de este yacimiento arqueológico datado en el Calcolítico y que muestra vestigios de asentamiento hasta la Edad de Bronce. EFE/ Rafa Alcaide

Mercedes Martínez

Córdoba, 22 sep (EFE).- La aparición de restos de cerámica campaniforme y la altura en la que se ha encontrado el yacimiento de El Peñón, en Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba), son dos de las singularidades de este yacimiento arqueológico datado en el Calcolítico y que muestra vestigios de asentamiento hasta la Edad de Bronce.

La cerámica campaniforme, ligada fundamentalmente al mundo funerario y que aparece en torno al año 2.500 a.n.e., implica la existencia de una élite en el poblado de El Peñón, donde había un grupo que empezaba a organizar la vida en el asentamiento.

La existencia de un líder en el poblado se refleja en hechos como la existencia de una muralla que lo rodeaba, porque «una población sin un líder, sin ninguna organización, no se pone a construir murallas como la que estamos documentando», ha asegurado a EFE el director de la excavación, el arqueólogo Daniel Pérez—L´huillier.

Pero la élite de esta época no es como la feudal en la que el vasallo tenía que rendirse ante su señor, ya que el tercer milenio es «una época complicada en la que aparecen las primeras estratificaciones sociales y los primeros dirigentes».

En la excavación arqueológica de El Peñón han encontrado alrededor de mil trozos de cerámica campaniforme que, además de estar vinculada con los enterramientos, se usaba «fundamentalmente por personas que provenían de fuera de la península» y en círculos restringidos.

Como curiosidad, según ha indicado Pérez—L´huillier, entre los restos analizados de la cerámica campaniforme se han encontrado restos de cerveza y de otras bebidas fermentadas.

Altura del yacimiento

La aparición de restos de cerámica campaniforme y la altura en la que se ha encontrado el yacimiento de El Peñón, en Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba), son dos de las singularidades de este yacimiento arqueológico datado en el Calcolítico y que muestra vestigios de asentamiento hasta la Edad de Bronce. EFE/ Rafa Alcaide

Para el director de la excavación, la característica que pone de manifiesto la importancia de este yacimiento arqueológico es la altura a la que se encuentra El Peñón, unos 775 metros sobre el nivel del mar.

Y esa altura es algo que «rompe los esquemas y el patrón de los asentamientos del Calcolítico» porque «arrastran una tradición neolítica en la que se asientan en pequeñas llanuras, al lado de los ríos pero nunca a esta altura», ha resaltado  Pérez—L´huillier, quien ha asegurado que se trata de un comportamiento más propio de la Edad del Bronce.

Por tanto, el yacimiento arqueológico de El Peñón presenta un asentamiento propio del Bronce y restos de cerámica campaniforme que corresponde a 500 ó 600 años antes de este período.

Murallas de piedra

La aparición de restos de cerámica campaniforme y la altura en la que se ha encontrado el yacimiento de El Peñón, en Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba), son dos de las singularidades de este yacimiento arqueológico datado en el Calcolítico y que muestra vestigios de asentamiento hasta la Edad de Bronce. EFE/ Rafa Alcaide

En la tercera campaña de excavación concluida a finales de agosto en El Peñón, el equipo de arqueólogos se han encontrado «por fin» con la muralla que estaban buscando desde la primera expedición.

Se trata de una muralla de piedra, frente a las empalizadas de madera que se utilizaban hasta entonces.

«Por fin hemos dado con la cara interna y la cara externa durante 10 metros después de abrir un sondeo de 10 metros por 7», ha explicado Daniel Pérez—L´huillier, quien ha añadido que se encuentra «muy arrasada» debido a que ha estado sometida a la lluvia, el viento o la presión de la tierra.

Además, faltan piedras porque durante mucho tiempo la gente ha ido cogiendo piedras para los cortijos, para los pequeños muros para delimitar las parcelas y eso ha hecho que no se conserve «en las mejores condiciones».

En la zona los arqueólogos han documentado una especie de grandes bloques que se han caído de la propia roca de El Peñón, lo que podría coincidir con un evento catastrófico como un terremoto que se que se produjo en la Península Ibérica en el tercer milenio.

La muralla tiene varias fases de construcción en sí, aunque «no se puede comparar a una muralla, por ejemplo, del periodo romano o del medieval porque son otras técnicas, son otros períodos», pero sí tiene una gran importancia.

Aunque no existe una datación absoluta de la misma sostienen que se hizo en torno a 2500 a.n.e., y después hay varias fases constructivas que perduran hasta el segundo milenio, por lo que se habla de un poblado que perduró durante mucho tiempo.

Restos óseos y de su alimentación

Los arqueólogos también han documentado la presencia de restos óseos de animales que dan información sobre la dieta que tenían los grupos poblaciones que habitaban esta zona, y van a hacer una serie de analíticas de flotación sobre las semillas, ya que aportan información sobre la flora de la época y los posibles cereales que se empleaban.

También han encontrado vasijas en las procesaban la leche y sus derivados. «Hacían un estilo de mantequilla, yogures, queso, requesones, un estilo de queso como el de Burgos», ha explicado el director de la excavación donde hay restos de telares en los que se trabajaba la lana. EFE

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