La OCDE asegura que España carece de una estrategia nacional para la innovación agrícola

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.EFE/Zipi Aragón

Madrid, 28 jun (EFE).- La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) asegura que España no tiene una estrategia nacional que defina específicamente las prioridades comunes en innovación agrícola.

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, y la directora de Comercio y Agricultura de la OCDE, Marion Jansen, han presentado este miércoles el informe «España: Políticas para el futuro de la agricultura y la alimentación», un dosier con más de 170 páginas en las que se evalúa si el entorno normativo español es propicio para lograr una productividad agrícola sostenible y una mayor resiliencia.

Uno de los aspectos que se analizan es el grado de cumplimento de los Sistemas de Conocimiento e Innovación Agrícolas (AKIS, por sus siglas en inglés), que son el conjunto de la organización y la transmisión de conocimientos entre personas, organizaciones e instituciones que lo usan y producen para utilizarlo en la agricultura y en los ámbitos relacionados.

Según el informe, los AKIS españoles involucran a «muchos actores» a nivel nacional y regional; entre ellos las comunidades autónomas, que incluyen políticas de I+D, innovación y transferencia de conocimiento.

No obstante, las autonomías son «muy heterogéneas» en España «en términos de recursos y no siempre han comprometido suficientes fondos».

En ese sentido, los centros de investigación son «heterogéneos, relativamente pequeños y no están bien conectados y coordinados», según la OCDE.

A pesar de ello, España participa «con éxito en enfoques de innovación colaborativa multiactor e investigación multinacional» orientada a conseguir objetivos a nivel de la UE.

«Sin embargo, un modelo de colaboración similar no ha sido replicado a nivel nacional entre las comunidades autónomas», profundiza el informe.

Esa «diversidad de experiencias» a nivel autonómico «puede ayudar a promover iniciativas de innovación más orientadas a las necesidades regionales», pero «la falta de una adecuada integración» supraautonómica «afecta al sistema».

Por todo ello, reitera que la coordinación de los AKIS nacionales ha sido hasta ahora «débil, lo que dificulta la colaboración» entre las comunidades autónomas.

FINANCIACIÓN I+D+i

Respecto a I+D+i, el análisis de la OCDE concluye que el país ha generado «muy buenos» resultados en materia de ciencia agrícola, pero «se ha enfrentado a dificultades para desarrollar su innovación».

Los «principales obstáculos» para aprovechar la innovación son las «bajas inversiones públicas y privadas, la fragmentación del sistema AKIS y la heterogeneidad regional» existente.

Precisamente en cuanto a inversiones en I+D+i, el estudio señala que, aunque el gasto público en I+D para el sector agroalimentario «ha ido en aumento en los últimos años, permanece por debajo del nivel observado antes de la crisis financiera de 2008».

De hecho, el sector privado «se ha convertido en la principal fuente de financiación» de la I+D+i agroalimentaria, «aunque cada vez cuenta con menos empresas innovadoras», añade.

BRECHA DIGITAL RURAL-URBANA

Otro de los asuntos abordados es la «brecha» digital entre la España rural y la urbana porque, aunque el país ha logrado «avances importantes» en su reducción, «persisten diferencias» en el acceso a la banda ancha de alta calidad y en el uso y manejo digital, «a menudo vinculado a la edad de los agricultores y al tamaño de las fincas».

Por eso, para la OCDE es «fundamental» reducir aún más la brecha «para garantizar que lo digital se convierta en una tecnología habilitadora que fomente la innovación en el sector agroalimentario».

El informe ahonda en que el nivel de estudios «de la mayoría» de los trabajadores agrícolas «sigue estando muy por debajo de la media de la UE» y hay «evidencia de desajustes» en sus habilidades, que pueden ejercer «un impacto negativo en el dinamismo y la capacidad de innovación del sector agrícola».

No obstante, las necesidades de formación del sector agrícola «están evolucionando», recalca el análisis.