La piel , una artesanía ante el reto de la tecnología y la sostenibilidad

Un operario trabaja un bolso en una fábrica. EFE/Archivo

Ubrique (Cádiz), 20 abr (EFE).- La marroquinería, un sector con un fuerte componente de tradición artesanal, se enfrenta, como el resto de las industrias, al reto de reconvertirse y lograr una mayor competitividad y sostenibilidad a través de nuevas tecnologías e ideas.

 Por ello, la localidad de Ubrique (Cádiz), punta de lanza del sector de la marroquinería española, es hoy y mañana la sede del Congreso «Tecnología y sostenibilidad en el sector de la piel», que reúne a los principales agentes y pymes que operan en esta actividad y a destacadas empresas tecnológicas para dar a conocer las últimas tendencias y soluciones a sus procesos industriales.

Andalucía, con más de 400 negocios que emplean a unas 6.000 personas, lidera el sector de la marroquinería española, absorbiendo el 26,04 % del total nacional.

A cierta distancia, le siguen la Comunidad Valenciana, con un 17,57 %; y Cataluña y Madrid, con el 13,20 % y el 12,58 %, respectivamente.

Ubrique, y la comarca de la Sierra de Cádiz, concentra gran parte de las firmas manufactureras dedicadas al desarrollo y producción en serie de artículos de piel. En total, asume el 80% del conjunto andaluz.

La mayoría de ellas continúan una herencia e influencia artesanal y se ha especializado en la prestación de servicios para grandes marcas del sector de la moda de lujo de prestigio internacional.

En la inauguración hoy del congreso, que acoge la Fundación MOVEX Centro Tecnológico de la Piel de Andalucía, el consejero de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, Rogelio Velasco, ha destacado además que la alta capacidad del sector de la marroquinería de la Sierra de Cádiz ha impulsado una «fuerte» vocación exportadora del sector.

Al punto de que el 75 % de la marroquinería que se produce en esta zona se vende fuera de las fronteras nacionales y que el sector ha superado las tentaciones de deslocalización de la producción hacia China.

Las marcas de los bolsos de lujo exploraron esta vía, pero volvieron a confiar en «el buen hacer” de las manos de los artesanos y empresarios de la piel de Ubrique, que se han convertido, según el consejero andaluz, en un «ejemplo de internacionalización».

Para ello muchas empresas se esfuerzan para conjugar sus procesos artesanales con las nuevas tecnologías y para adaptarse a los requisitos que exige trabajar en el extranjero, un camino en el que se enmarca el congreso «Tecnología y sostenibilidad en el sector de la piel».

Así, según el consejero, la marroquinería de Ubrique, además de ser un ejemplo de internacionalización, también lo es como modelo de reconversión para otros sectores tradicionales.

Empresas tecnológicas como Siemens, Sicnova3D, Paco Bazán SL, DSA, Ningenia, CETEMET, Sisteplant, Capgemini, e instituciones como el Colegio Oficial de ingenieros industriales de Cádiz, Tecnalia y la Universidad de Cádiz expondrán hoy y mañana en este congreso procesos de innovación tecnológica en este segmento, procesos de digitalización del sector, organización de procesos industriales y sostenibilidad.

El sector también estudia sus posibilidades de convertirse en más sostenible, reducir su huella e impulsar el aprovechamiento de sus residuos y subproductos.

«Realmente los procesos más contaminantes, las curtidurías de la piel, se hacen fuera de la localidad hoy en día, esa fase se desarrolla fuera», explica a EFE José Luis García Morales, catedrático de Tecnologías del Medio Ambiente de la Universidad de Cádiz, y parte de grupo de investigación que se ha formado para analizar los residuos, subproductos y procesos de producción del sector de cara a después buscar vías para mejorar su eficiencia energética y su aprovechamiento.

«El sector de la moda en general, y de la marroquinería, vive un cambio de filosofía, está dando pasos poco a poco, de producir pensando en una temporada a hacerlo pensando en un modelo más eficiente y más sostenible de cara el futuro, reciclando y reutilizando y pensando en una economía circular», indica.

 Así, de Ubrique  han surgido ideas como la de la sevillana Ana Collado y el jiennense Jesús Cruz que han creado su propia marca, Socaire, una firma que produce sus bolsos con pieles sobrantes de las empresas de la localidad o que las grandes firmas descartan.