Bogdan Dasic
Belgrado, 13 dic (EFE).- Tras su arrolladora victoria en las elecciones presidenciales de Croacia, todo indica que se profundizará la rivalidad y enemistad entre el jefe de Estado, el socialdemócrata populista Zoran Milanovic, y el primer ministro, el conservador Andrej Plenkovic, los dos políticos más importantes del país.
«Está claro que no habrá cooperación. En su discurso anoche tras las elecciones, Plenkovic aseguró que no piensa colaborar con Milanovic», señaló este lunes el analista político Ivan Rimac en declaraciones telefónicas a EFE en Belgrado.
Según este experto de la facultad de Derecho de la Universidad de Zagreb, las posibilidades para una mejor cooperación entre ambos dirigentes son actualmente «muy bajas».
De hecho, Plenikovic reiteró este lunes que no cree en la mano de cooperación tendida por Milanovic tras su triunfo electoral.
«Son solo gestos de relaciones públicas, no se trata de mensajes serios a favor de la cooperación», dijo el primer ministro en una rueda de prensa en Zagreb.
Al mismo tiempo, confirmó que su gobernante Unión Democrática Croata (HDZ) no acudirá a la ceremonia de inauguración del presidente reelecto, prevista para finales de febrero.
Una victoria arrolladora
Milanovic, un antiguo primer ministro socialdemócrata (2011 a 2015) convertido en populista y crítico con la OTAN, se impuso el domingo en la segunda vuelta de la presidenciales con un 75 % de los votos, frente al 25 % del candidato conservador Dragan Primorac, en unas elecciones marcadas por la abstención, que superó el 50 %.
Si bien el cargo presidencial en Croacia es más bien ceremonial, la reelección de Milanovic para un segundo mandato de cinco años con un victoria tan contundente representa sin duda un fuerte golpe para la HDZ, liderada por el proeuropeo Plenkovic.
Los atributos constitucionales del jefe de Estado van más allá de lo meramente protocolario, ya que Milanovic es comandante en jefe del Ejército y puede definir -junto con el primer ministro- la orientación de la política exterior del país.
Tensa relación
Además, el presidente tiene el derecho de convocar referendos sobre cualquier temática, algo que muchos analistas consideran como un poderoso instrumento político en manos del jefe de Estado.
Durante su primer mandato, Milanovic se enfrentó numerosas veces a Plenkovic con sus posturas críticas con la Unión Europea (UE), con la OTAN y con el apoyo occidental a Ucrania, considerado por muchos como una posición más bien prorrusa.
El presidente vetó, por ejemplo, la ya pactada participación de soldados croatas en una misión de formación militar para soldados ucranianos en el seno de la OTAN, o el nombramiento de un nuevo fiscal general, considerado cercano a la corrupción.
Debido a los desacuerdos constantes entre primer ministro y presidente, Croacia no ha podido nombrar ni un solo embajador croata en el exterior en los últimos cinco años.
Mientras que Milanovic habla de un «pulpo de la corrupción encabezado por Plenkovic», el primer ministro acusa al presidente de querer «acercar Croacia a Moscú».
Según el politólogo Jakov Zizic, alguien en la tensa relación entre presidente y primer ministro debe dar un paso al frente.
«Sin embargo, la carrera política de Milanovic hasta ahora no sugiere que él pueda ir en esa dirección, especialmente cuando del otro lado tiene a un primer ministro que ni siquiera quiere oír hablar de eso», dijo el analista a la televisión pública HRT.
Las elecciones presidenciales se celebraron en un momento en el que el país balcánico, miembro de la OTAN desde 2009 y de la UE desde 2013, enfrenta una de las tasas de inflación más altas de la zona euro y sufre bajo una corrupción endémica, que llega a las esferas más altas del poder.
En mayo próximo, Croacia celebrará elecciones locales, y los analistas locales creen que la contundente reelección de Milanovic podría dar un impulso al opositor partido socialdemócrata SDP y a los partidos minoritarios que lo apoyaron, lo que socavaría el gran poder que sigue ejerciendo la HDZ a nivel municipal.