Brasilia, 8 ene (EFE).- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó este miércoles, luego de dos años de la asonada golpista del 8 de enero de 2023, que esa fecha solo puede ser recordada ahora porque «la democracia venció» y se impuso frente a la amenaza «fascista».
Lula encabezó una serie de actos en defensa de la democracia en el aniversario del asalto a los tres poderes del Estado ocurrido hace dos años, una semana después de su investidura, cuando miles de activistas de la ultraderecha ocuparon las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema exigiendo una «intervención militar».
«Hoy es un día para decir que si todavía estamos aquí y estamos vivos es porque la democracia esa viva, al contrario de lo que planeaban los golpistas de 2023», declaró, para afirmar «dictadura nunca más, democracia siempre».
También hizo alusión a planes de asesinato que la investigación sobre el intento de golpe ha desvelado.
«Esos desequilibrados que creían que era fácil tomar el poder querían asesinarme y matar también al vicepresidente, Geraldo Alckmin, y al magistrado Alexandre de Moraes», de la Corte Suprema, declaró.
Lula sostuvo que si el golpe hubiera triunfado «muchos estarían exiliados o muertos como ocurrió en el pasado», durante el régimen militar que gobernó entre 1964 y 1985, que es defendido hasta hoy por la extrema derecha que lidera el expresidente Jair Bolsonaro.
«Hoy podemos pensar diferente y expresar nuestros sentimientos, ideas y deseos porque la democracia venció», declaró el mandatario progresista, quien invitó a la sociedad a «renovar la fe en el diálogo entre los opuestos y la armonía entre los poderes», que en dictaduras «están concentrados en las manos de los fascistas».
Lula también reflexionó sobre el estado de una democracia que, admitió, aún no garantiza los derechos de todos.
«La democracia será plena cuando la piel negra no sea objeto de la truculencia de los agentes del Estado, cuando los indígenas tengan derecho a sus tierras y su cultura, cuando las mujeres conquisten la igualdad de derechos sin ser asesinadas», dijo.
También condenó toda forma de discriminación y aseguró que la verdadera democracia solo existirá cuando las religiones sean respetadas y cuando «cualquier persona tenga el derecho de amar y ser amada por cualquier otra persona, sin sufrir prejuicios».
Garantizó además todos los derechos legales a los acusados del intento golpista de 2023, que ocurrió una semana después de su toma de posesión.
«Los responsables están siendo investigados y castigados, nadie fue ni será preso injustamente y todos pagarán por sus crímenes», pero «tendrán amplio derecho a la defensa y a la presunción de inocencia», aseguró el mandatario, sin aludir a Bolsonaro.
Por los hechos de enero de 2023, la Justicia ha abierto 1.552 acciones penales que hasta hoy han llevado a 371 condenas por golpe de Estado y otros delitos contra la democracia.
Además, la Policía Federal ha imputado a Bolsonaro y a otras 39 personas de su entorno por conspiraciones destinadas a impedir la investidura de Lula, convencida de que esas tramas desembocaron una semana después en el intento golpista del día 8.
El informe policial está en manos de la Fiscalía General, que en las próximas semanas decidirá si acusa formalmente ante el Supremo a Bolsonaro y los otros imputados.