Bruselas, 4 jul (EFE).- La coreógrafa y bailaora andaluza María Pagés estrena este martes «Europa, mi amor», una creación para la puesta de largo en Bruselas de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea (UE), en la que conecta el carácter ecléctico del flamenco, que ella define como «una cultura de culturas», y el anhelo integrador del proyecto europea, que concibe como «una tierra de tierras».
«Si Europa es una tierra de tierras, una cultura de culturas, un espacio donde es muy relevante lo que nos une; el flamenco como arte es igual. Es la unión de muchos ecos y la conjunción y puesta en escena de varias culturas», asegura Pagés (Sevilla, 1963) en una entrevista con EFE antes de actuar en el evento inaugural de este martes.
A través de su propia compañía de danza, creada en 1990, la bailaora ha defendido una visión muy particular del flamenco, que desborda los límites culturales y estéticos de este arte que, según ella, es «acogedor de otras culturas y de todo aquello con lo que se encuentra».
«Esa hospitalidad que tiene es lo que a nosotros nos importa. Resaltar que se trata de un continente importante en su historia, y que siempre está en esa búsqueda de acogida, aunque no siempre la pueda practicar. Nosotros creemos que hay que luchar por ello», remarca.
Pagés destaca que la actuación de «Europa, mi amor» ha sido concebida junto a su pareja, el escritor marroquí Larbi El-Harti.
«Es un concepto que hemos creado con la idea de que a nuestros orígenes les separan sólo 13 kilómetros. Es Marruecos, es España. Es África, es Europa. Hay siempre esa mirada hacia el norte, con esos amores utópicos. Creemos que el amor es capaz de crear unidad, y eso es lo que mueve la historia», dice.
Además de haber ganado numerosos premios como el Princesa de Asturias de las Artes en 2022, durante sus más de cuarenta años de carrera Pagés ha actuado en escenarios de todo el mundo «con públicos de diferente origen, cultura y educación», lo cual le ha servido para comprobar, comenta, que el arte tiene la capacidad de unir a la gente y de «comunicar más allá de todas las cosas que nos diferencian».
«Al fin y al cabo los seres humanos somos seres humanos en cualquier lugar del mundo. Tenemos los mismos anhelos, tenemos esa educación emocional que es la que las artes nos ayudan a cultivar», añade.
Con todo, la coreógrafa afirma que es justo cuando viaja al extranjero cuando ella siente con mayor claridad un sentimiento de identidad europea: «Cuando sales de Europa te das cuenta de esa unidad. Quizás dentro nos fijamos más en nuestras propias diferencias, pero cuando sales fuera te das cuenta que hay algo que nos une. Cuanto más viajas, y soy una persona muy viajada, cobra más fuerza ese sentido».
La creación coreográfica de «Europa, mi amor» ha sido expresamente diseñada para la ceremonia inaugural de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, que tendrá lugar hoy en una de las salas más solemnes del Museo Real de Bellas Artes de Bélgica.
«El lugar es particular, es esta sala maravillosa. Para crear algo que musicalmente esté bien, con buen contenido y buen sonido, ha habido que intervenir en el espacio para hacerlo propio y crear 15 minutos que estén muy bien integrados tanto en el espacio, como en la circunstancia y el motivo por el que estamos aquí», detalla Pagés.
Y el motivo es el arranque de una presidencia europea que, esta vez, España afronta en medio de la campaña de unas elecciones generales tras las cuales la bailaora ha pedido «un pacto de Estado por la cultura» para consolidar el «apoyo institucional» hacia todo el sector.
Bruno Fortea Miras