Marcos y Cordero: una ruta a través de los túneles de agua de la «isla bonita»

La isla de La Palma posee numerosos senderos conocidos en el mundo entero, de hecho, esta pequeña isla del archipiélago canario es llamada la “isla bonita”. Así mismo, hay senderos que debido a su trazado singular, sumado a la variedad de su flora y fauna termina siendo un gran atractivo turístico. En este caso, una de las caminatas más valoradas de la isla es la ruta de Marcos y Cordero, ubicado en el municipio de San Andrés y Sauces.

En esta caminata de unos 13 kilómetros nos encontraremos con los nacientes de Marcos y Cordero y, posteriormente, el bosque de Los Tilos, este fue la primera Reserva de la Biosfera de Canarias. Además,  posee un desnivel de 1.000 metros, por lo tanto, se debe tener en cuenta que no se trata de una ruta para todos los públicos. El tiempo medio para realizarla serán unas 4 o 5 horas a buen ritmo.

En cuanto al equipamiento, se debe llevar agua, zapatos de montaña, ya que como hemos comentado el terreno es muy escarpado. Además, se necesita linterna, ya sea de mano o de cabeza. Un utensilio recomendable es un chubasquero, porque el penúltimo túnel es completamente permeable y hay pasos con pequeñas cascadas, mojando así todas las pertenencias que llevemos.

Para comenzar la ruta se debe dejar el coche cerca de una caseta de madera, que posee un pequeño parking. En esta caseta se encuentra la parada de taxis, ya que para subir a la Casa del Monte y comienzo de la caminata se debe hacer en 4×4. Los vehículos particulares no están prohibidos en dicha carretera, aunque, debido a que la carretera se encuentra en muy malas condiciones, normalmente, se decide reservar un taxi. Se recomienda llamar previamente para comunicar las personas que asistirán, ya que se trata de una hora en taxi y el precio estipulado entre los taxistas del lugar es de 120 euros, así que, generalmente, se comparte vehículo con los demás caminantes. Por lo tanto, el taxi compartido con un máximo de 8 personas tendría un precio final de 15 euros por persona. Para aquellas que son propensas a marear, se recomienda que se sienten en la parte delantera del taxi, porque este se mueve muy brusco en varias ocasiones, sobre todo, en los asientos traseros.

En el inicio del sendero se encuentra una canalización de agua a la izquierda, que les acompañará unos 4 kilómetros aproximadamente. Este agua es potable, así que no te debes de preocupar si acabas con el agua que has llevado para el resto de la ruta.

El sendero posee gran altura, en casi todo el recorrido es bastante ancho, sin embargo, en otros momentos se estrecha bastante. Por ello, no es recomendable que aquellas personas que sufran de vértigo hagan este recorrido.

Tras unos pocos minutos caminando encontrarás el primer túnel, en total son 13, estos, fueron excavados a mano en 1900. La gran mayoría son amplios, aunque en algunos de ellos existe riesgo de darte en la cabeza o chocarte por un lateral, por eso se debe ir despacio y mirando el terreno con detenimiento. Un dato reseñable es que al principio de cada túnel te especifica la longitud del mismo. Este tramo de los 13 túneles son aproximadamente 4 kilómetros y es  el último punto para reponer agua, ya que en la bajada no se encuentra el sistema de canalización, aunque, en ciertos momentos puede ser que aparezca un canal pero apenas con agua corriendo, por eso no es recomendable beber de esos canales.

Tras los túneles existen dos opciones: volver a la Casa del Monte y bajar en taxi o bien seguir el camino que te llevará al bosque de Los Tilos, auténtica laurisilva canaria. En este punto comienza la pendiente acusada lo que aumentará el tiempo de la caminata. A pesar de los pequeños riesgos a ciertas caídas tontas merece la pena. Tras tanta bajada por el sendero, en ocasiones, bastante estrecho, justo dos kilómetros antes del final se llegará al Mirador del Espigón Atravesado, no apto para personas que se mareen con las alturas. Tras este mirador el camino se torna menos escarpado y bastante más ancho. El fin del camino se encuentra justo en la caseta de madera donde se encuentra el aparcamiento. Pero, todavía no es momento de irse a casa, porque cerca del centro de visitantes se encuentra una cascada natural, que atrae a muchos curiosos, ya que para llegar hasta ella se debe caminar unos 5 minutos sin dificultad alguna.