Sebastian Haller, el gigante que escondía el Leganés

El delantero Sebastian Haller, en una foto de archivo. EFE/Juanjo Martín

Madrid, 31 ago (EFE).- A menos de cinco minutos para el cierre del mercado de fichajes un murmullo, seguido de gestos de incredulidad, comenzó a merodear la sala habilitada en la sede de LaLiga para que los periodistas transmitieran de primera mano todas las operaciones. Poco después las redes sociales echaron humo. El causante de ese revuelo fue el delantero internacional marfileño Sébastien Haller (Ris-Orangis, Francia, 1994) tras su llegada al Leganés.

Pocos fichajes sobre la bocina, si acaso el del británico Mason Greenwood el pasado curso por el Getafe, han pillado tan en fuera de juego al fútbol español en épocas recientes. Ningún rumor, ninguna sospecha… nada había hecho pensar lo que estaba por venir.

La discreción y la capacidad de moverse en márgenes apretados de tiempo de un Leganés acostumbrado a dar vuelcos a la lógica a última hora de la mano de su director deportivo Txema Indias, el mismo que trajo dos veces a Diego Conde e importó al danés Martin Braithwaite a España entre otros ‘aciertos’, sirvieron para obrar algo que parecía imposible.

Así, en apenas siete horas, se cerró la que probablemente sea la incorporación mas mediática en la historia del club madrileño. Porque, a priori, Haller tiene un cartel y unas cualidades que le deberían haber llevado sin demasiado esfuerzo a una entidad de mayor relevancia.

De hecho hace tres meses estaba jugando quince minutos en la final de la Liga de Campeones con el Borussia de Dortmund, club que pagó 31 millones de euros por él en 2022 para suplir la salida de Erling Haaland al Manchester City. La cifra, importante, se quedó aún así lejos de los 50 que según la web ‘Transfermarkt’ le costó al West Ham traerlo desde el Eintracht de Frankfurt en el 2019.

Si bien es cierto que en el fútbol actual algunas transacciones se sitúan por encima del valor de mercado, todo ello sirve para poner en perspectiva la figura del ariete, un ‘rara avis’ que a pesar de medir 1.90 metros tiene una buena punta de velocidad y agilidad suficiente para sorprender con acciones acrobáticas. Son virtudes apreciadas que sin embargo se ven eclipsadas por su facilidad para ocupar posiciones de remate y fallar poco en la suerte final, por vía aérea y a ras de césped.

Todo ese repertorio le costó exhibirlas en su primer gran club, el Auxerre francés. Allí terminó su etapa de formación y debutó como profesional, pero en diciembre del 2014 fue cedido al Utrecht. Resultó un paso decisivo en su carrera, pues los once goles y cinco asistencias con los que cerró la segunda mitad de su temporada comenzaron a ponerle en el escaparate.

Logró retenerle dos campañas más el conjunto neerlandés, en las que marcó 24 y 16 goles respectivamente entre todas las competiciones, pero pronto emepzó a ser inevitable su salto a una de las grandes ligas. Ese paso lo dio junto al Eintracht de Frankfurt alemán en el 2017.

El año de su estreno ya dejó 13 goles y 7 asistencias y en el segundo formó una sociedad que hizo las delicias de los aficionados junto al croata Ante Rebic y el serbio Luka Jovic. En ese ecosistema Haller no se destapó solo como un finalizador, sino también como un jugador capaz de descolgar balones del cielo y protegerlos facilitando la llegada desde segunda línea de sus compañeros balcánicos. Sus 20 goles y 12 asistencias en la 2018-2019 así lo atestiguan.

El West Ham quedó encandilado de esos registros y no dudó en realizar el que hasta la fecha es el desembolso más alto de su historia para convertirle en ‘Hammer’. El atacante no justificó esa inversión y año y medio más tarde, en enero del 2021, acabó marchándose al Ájax de Ámsterdam en el que fue por entonces también un dinero récord para la entidad neerlandesa. Con el tiempo solo Calvin Bassey y Steven Bergwijn han superado los 22,5 millones que se gastaron en él.

En ese caso sí que el desembolso valió la pena ya que Haller se convirtió en el principal referente ofensivo y fue capaz de transformar once goles en la Liga de Campeones, incluido un póker contra el Sporting de Portugal, que le valieron para ser el tercer máximo anotador de esa edición por detrás de Karim Benzema y Robert Lewandowski pese a ser eliminado con los suyos en octavos de final.

Tal como vino, se fue al Borussia Dortmund, aunque dejando beneficio económico. De nuevo un paso adelante para el punta, a quien se le anticipaba un rol protagónico con los alemanes. Sin embargo, una mala noticia modificó un camino trazado de nuevo hacia la relevancia internacional.

El 17 de julio del 2022, pocos días después de ser presentado, se le diagnosticó un cáncer testicular. Su lucha entonces pasó a ser contra le enfermedad y no contra los defensas, con operaciones y sesiones de quimioterapia que le produjeron un importante desgaste físico.

Finalmente el 22 de enero del 2023 volvió a los terrenos de juego, disputando aproximadamente media hora de un duelo contra el Augsburgo. Pese al tiempo perdido acabó el curso con 9 goles y 5 asistencias en la Bundesliga, señal de que su capacidad para ver portería estaba intacta.

En la 2023-2024 la pólvora pareció acabársele con su club, pese a que fue capaz de marcarle al Atlético de Madrid en la Liga de Campeones. Sin embargo vivió uno de los momentos que a buen seguro recordará el resto de su vida, anotar el gol que sirvió para que Senegal se proclamase campeona de la Copa África ante Nigeria tras una final que ‘Los elefantes’ habían pisado gracias a otro tanto suyo, en penúltima ronda frente a la República Democrática del Congo.

Ahora llega a Butarque con el objetivo de seguir haciendo lo que mejor sabe, goles. Un fichaje de enjundia que ha revolucionado a la afición pero que al mismo tiempo supone cierto riesgo ya que, si se cumplen las cifras de las que se hablan en algunos medios, la parte de su sueldo que paga la entidad blanquiazul por contar solo un año con un jugador cuyo rendimiento el pasado curso estuvo por debajo de lo habitual, quiebra la escala salarial. El tiempo dará y quitará razones.

Carlos Mateos Gil

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