Sepúlveda, una Villa Medieval de gran belleza situada en un enclave singular

Reportaje Sepúlveda

La localidad segoviana de Sepúlveda aúna historia, arte, gastronomía, naturaleza, cultura inmaterial y cultura viva.

Reportaje Sepúlveda

El origen de Sepúlveda se pierde en la noche de los tiempos. Se han encontrado bifaces en la ermita de San Julián, del Paleolítico Inferior, y otros hallazgos en la cueva del Tisuco, en la Ocecilla, como cerámica tosca, cuchillos, hachas pulimentadas y cráneos en el Paleolítico Superior. También en la cueva de los Siete Altares aparecieron cerámicas, hachas, acaso también neolíticas. Y en la cueva del Duratón, huesos, industria del sílex, cerámica… Aparecieron además pinturas, muy rudimentarias y pobres, pero significativas, en las cuevas de Molinilla, La Nogaleda y la Solapa del Águila, sin que se pueda afirmar su carácter mágico, ritual, litúrgico o funerario.

Paisaje, flora y fauna
En muchos aspectos, el paisaje sepulvedano está condicionado por su geología, ya que es el resultado de su composición litológica, sus estructuras tectónicas y el desarrollo de los ríos Duratón y Caslilla. Así, en la villa, es posible admirar una de las formas de relieve más llamativas de esta región: el pliegue de rodilla de Sepúlveda. Su erosión ha originado formas tan singulares como la conocida “Silla del Caballo”, lugar cercano al Puente Talcano. El Duratón, que nace en Somosierra, avanza en su recorrido hasta que se encaja en las calizas de Sepúlveda. A su paso por éstas, erosiona el pliegue en rodilla y continúa su curso de forma paralela al pliegue durante varios kilómetros, encajado en las calizas.

Sabinas, chopos, praderas de arbustos constituidas por tomillos, espliegos, etc., definen la botánica de la zona.

También la fauna es abundante, tanto por el número de especies como por su copiosidad, aunque lo más llamativo es la facilidad de observarla. Las aves son las más características, siendo el protagonista principal el buitre leonado. Y es que las Hoces del Río Duratón albergan una de las mayores reservas existentes en España de este majestuoso rey de los cielos.

Gastronomía sepulvedana
Sepúlveda es sinónimo de una exquisita gastronomía en la que su plato estrella es el “Lechazo Asado”. Es por ello, y por su gran popularidad y tradición, por lo que se define a Sepúlveda como “la catedral del Lechazo Asado”. La materia prima es el cordero churro, más blanco y de patas más largas que el merino. Sin embargo, la oferta gastronómica de los numerosos restaurantes de la localidad va mucho más allá y destaca por su variedad y calidad.

De la repostería sepulvedana, deliciosa e irresistible, destacan, entre otros manjares, los soplillos, las rosquillas de Castrillo, las pastafloras, las capuchinas o las sobadas. Sin duda un lugar merecedor de una visita, en la provincia de Segovia y a poco más de una hora de nuestra ciudad.