Compramos un 80% más de ropa que hace diez años, pero usamos solo la mitad
Comprar para tirar, esa es la filosofía en la que vive el mundo actualmente. Cuando compramos un pantalón ya estamos pensando en renovarlo a la temporada siguiente. Esa es la filosofía fast fashion, una mentalidad que se ha apoderado de la industria textil de todo el mundo.
Este modo de producción rápido y masivo ha hecho que la industria textil se convierta en la segunda industria más contaminante después de la alimentaria, según la ONU. La producción textil es la responsable del 20% de las aguas residuales de todo el mundo y genera el 10% de las emisiones de carbono.
Para hacernos una idea, la producción de un pantalón vaquero supone unos 3.000 litros de agua. Cuando este pantalón ya no se utiliza, sigue produciendo residuos porque no se recicla de manera responsable con el planeta, sino que acaba en ríos o mares y termina por dañar la vida de ese ecosistema.
Pero otro modo de vestimenta es posible, y cada vez está tomando más fuerza. Frente a la dañina fast fashion se nos presenta la slow fashion o moda ecológica. Las prendas producidas con la filosofía slow fashion presentan una mayor calidad con materiales sostenibles.
Además, esta mentalidad aboga por unas buenas condiciones laborales para sus trabajadores , fomenta el consumo de pequeñas empresas y comercios locales, apuesta por prendas recicladas y de segunda mano y anima a donar aquellas prendas que ya no usamos para darles una segunda vida.
La Fashion Week de Madrid sensibilizada con la moda sostenible
La 72 edición de la Semana de la Moda de Madrid, aparte de contar con grandes medidas de seguridad frente a la COVID-19, acogió a diferentes diseñadores concienciados con la moda sostenible, el rechazo hacia el consumo compulsivo y la apuesta por tejidos artesanales.
Los consumidores cada vez están más mentalizados con esta alternativa, que se está volviendo una realidad. Rechazan la industria fast fashion y las marcas se dan cuenta. Una muestra de ello es la Semana de la Moda Sostenible de Madrid, que se celebró en febrero de este año. Este evento pionero acogió tanto a desfiles de marcas slow fashion como charlas y debates a cerca de este tema.
Eventos como este hacen ver que la moda sostenible está cobrando fuerza y, aunque aún queda mucho camino por hacer, los diseñadores son cada vez más conscientes de que este es el camino a seguir.