Un mercado de Brandeburgo a días de las elecciones: microcosmos del descontento

Königs Wusterhausen (Alemania), 18 sep (EFE).- A falta de pocos días para las elecciones del domingo en Brandeburgo, en el este alemán, reina el descontento con los partidos tradicionales entre los comerciantes del mercado de Königs Wusterhausen, donde algunos clientes aún son fieles al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) del primer ministro brandeburgués Dietmar Woidke. Las quejas a la gestión de la coalición que lidera el canciller Olaf Scholz, compuesta por socialdemócratas, ecologistas y liberales, lleva a muchos de los tenderos que ofrecen productos locales en el mercado de la calle de la estación de trenes de Königs Wusterhausen a votar partidos de protesta, en general, y a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), en particular. EFE/ Salvador Martínez Mas

Königs Wusterhausen (Alemania), 18 sep (EFE).- A falta de pocos días para las elecciones del domingo en Brandeburgo, en el este alemán, reina el descontento con los partidos tradicionales entre los comerciantes del mercado de Königs Wusterhausen, donde algunos clientes aún son fieles al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) del primer ministro brandeburgués Dietmar Woidke.

Las quejas a la gestión de la coalición que lidera el canciller Olaf Scholz, compuesta por socialdemócratas, ecologistas y liberales, lleva a muchos de los tenderos que ofrecen productos locales en el mercado de la calle de la estación de trenes de Königs Wusterhausen a votar partidos de protesta, en general, y a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), en particular.

Según los últimos sondeos de intención de voto, AfD va en cabeza con hasta un 29 %, mientras que al SPD se le atribuye hasta un 26 %, en una campaña que se presenta como una carrera ajustada entre socialdemócratas y ultraderechistas.

Ruthild, clienta y votante confesa del SPD, dijo a EFE que el domingo «las elecciones son importantes, AfD no puede ganar», antes de señalar que quiere mantener a los socialdemócratas en el poder en Brandeburgo.

Norbert, otro cliente que pasea por el mercado, defendió que «Woidke ha hecho un buen trabajo hasta ahora» por lo que probablemente vote por él el domingo, a pesar de que, en el Gobierno federal, la gestión no esté siendo «óptima».

Jürgen, otro cliente habitual del mercado, sin embargo, dice que ya ha votado, por correo, a la AfD, a modo de protesta.

Voces de protesta entre mercaderes

- Königs Wusterhausen (Alemania), 18 sep (EFE).- A falta de pocos días para las elecciones del domingo en Brandeburgo, en el este alemán, reina el descontento con los partidos tradicionales entre los comerciantes del mercado de Königs Wusterhausen, donde algunos clientes aún son fieles al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) del primer ministro brandeburgués Dietmar Woidke. Las quejas a la gestión de la coalición que lidera el canciller Olaf Scholz, compuesta por socialdemócratas, ecologistas y liberales, lleva a muchos de los tenderos que ofrecen productos locales en el mercado de la calle de la estación de trenes de Königs Wusterhausen a votar partidos de protesta, en general, y a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), en particular. EFE/ Salvador Martínez Mas

Por su parte, Daniel, un vendedor de flores, reveló a EFE que votará a una formación llamada Partido Alemán de la Agricultura (DLW), una formación surgida este año del malestar del sector primario.

«Es el partido que más me gusta porque al resto no se les puede votar, no son cercanos al pueblo y no tienen interés en él».

Como Daniel, Suzanne, una veterana votante de AfD que vende frutas y verduras, se quejó a EFE de la mala situación económica de Alemania, cuyo PIB se contrajo en 2023 y en 2024 crecerá apenas un 0,3 %, según las previsiones del Gobierno de Scholz.

«El gobierno de coalición es una mierda, todo lo que han construido nuestros jubilados lo ha arruinado la coalición en cuatro años», señaló Suzanne en una cruda muestra de cómo las preocupaciones de la política nacional influyen en la cita con las urnas del domingo, en las que se decide el futuro político de Brandeburgo para los próximos cinco años.

Sabine, una vendedora de embutidos y carnes, planteó a EFE que pensaba en votar a AfD.

La incertidumbre de los autónomos

«Soy autónoma, la carga impositiva es enorme, también la administrativa. Y nuestros clientes mayoritarios, los jubilados, todos han trabajado en su momento y ahora no se pueden costear los sistemas de calefacción que el Gobierno quiere que tengamos», dijo Sabine, al aludir a las bombas de calor que prioriza en su transformación verde el Ejecutivo de Berlín.

De aquí a mediados de 2028 el 65 % de las calefacciones deben funcionar con energías renovables, según los planes del Gobierno de Scholz, por lo que el Ejecutivo prioriza la tecnología de las costosas bombas de calor.

Kevin, un joven tatuado que prepara y vende pan y repostería con un remolque, dice que, como trabajador autónomo «hay mucha inseguridad, para llegar a fin de mes, para saber si habrá pensión de jubilación, además de los costes en impuestos, energía…».

Él culpa a Scholz de no haber cumplido con frases como la de «hay que expulsar de forma masiva» para aludir a los migrantes que han entrado de forma irregular en el país en los últimos años.

Decepción con el Gobierno de Scholz

Como Kevin, muchos tenderos y clientes el mercado aluden al mucho dinero que el país dedica a causas exteriores, como la guerra en Ucrania, un conflicto en el que Alemania se ha convertido en el país europeo que más ayuda militarmente a Kiev.

AfD y la nueva formación populista de izquierdas Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) se han esforzado en la campaña de Brandeburgo, como ya hicieron antes las recientes elecciones de Sajonia y Turingia, en aprovechar las críticas al apoyo a Kiev para ganar votos.

«En BSW hablan como piensa la gente, y defienden sus intereses», señaló a EFE Christine mientras se alejaba del mercado y al pasar por un puesto de comida rápida donde vende salchichas otra mujer que prefiere no hablar de política, aunque dejó clara su intención de no votar a ningún partido del Gobierno.

Salvador Martínez Mas