El Cairo, 31 ago (EFE).- La Ciudad de los Muertos, la necrópolis medieval que forma parte de El Cairo histórico, está actualmente amenazada por el Gobierno de Egipto, que el pasado mes de mayo comenzó a demoler sus históricos mausoleos para dar paso a una nueva autopista, haciendo caso omiso a las advertencias de la Unesco y a su estatus como patrimonio de la Humanidad.
Las lápidas con inscripciones en árabe que sobresalen de entre las ruinas son el testigo de esta medida que busca unir el centro de El Cairo con la Nueva Capital Administrativa, una megalópolis en el desierto a unos 50 kilómetros al este de la ciudad, cuyo trazado atraviesa este camposanto con tumbas de más de 1.300 años donde yacen personajes ilustres de la historia, cultura y artes del país.
«Los cementerios se convirtieron en un museo que vinculaba este mundo y el más allá, y reunió los restos de aquellos que escribieron la historia de Egipto», publicó el investigador urbano egipcio Ibrahim Ezzeldin en la web The Tahrir Institute For Middle East Policy (TIMEP) a inicios de agosto.
Este urbanista alertó de la pérdida que supone demoler este espacio donde descansan personalidades como Taqi al Din al Maqrizi, historiador cairota, cuya tumba ya fue demolida y retirada; mientras todavía resiste el sepulcro del escritor Taha Hussein, el «decano de las letras árabes», entre otros.
Además, los variados estilos artísticos y arquitectónicos marcan las diferentes épocas históricas y dotan de mayor valor patrimonial los recintos funerarios que se extienden alrededor de siete kilómetros cuadrados, a los pies de las colinas Mokattam, en el sureste de la capital.
LA HISTORIA, EN RUINAS
Las excavadoras entraron allí a inicios de año, aunque los planes para construir la carretera comenzaron en 2022 cuando el Gobierno trasladó a las familias humildes que llevaban generaciones viviendo y cuidando del lugar, incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco en 1979 como parte de El Cairo histórico.
Mustafa el Sadek, apasionado de la historia y el arte islámico, documentó en mayo la destrucción de varias parcelas cuyos nichos quedaron reducidos a escombros, como muestran las fotografías que publicó en la cuenta de X (antes Twitter) de Blue Cairo, que comparte contenido sobre arquitectura y urbanismo local.
«Cuando empezaron las demoliciones no tuvieron en cuenta las pequeñas cosas (…). Si pierdes una lápida, pierdes una parte de la historia, que es el principal valor de Egipto, donde no tenemos dinero», dijo a EFE El Sadek.
Tras esta incursión de las excavadoras, numerosos ciudadanos salieron en defensa de la herencia patrimonial en redes sociales mediante la etiqueta en árabe «salvar los cementerios de Egipto».
DESPROTECCIÓN DEL PATRIMONIO
La campaña llegó a la Unesco, que el pasado 31 de julio publicó la agenda provisional de la 45 Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural y Natural Mundial, que acogerá Arabia Saudí del 10 al 25 de septiembre.
Allí, la Unesco expresó su preocupación por que «en mayo de 2023, varios medios de comunicación informaron de la demolición en curso de estructuras históricas en la Ciudad de los Muertos para construir nuevas carreteras principales y puentes elevados».
Por ello, el Centro del Patrimonio Mundial pidió aclaraciones a Egipto de acuerdo con las Directrices Prácticas, ya que previamente «el Estado Parte informó que no se había construido ninguna carretera dentro de los límites del bien (…) ni hubo demolición de ninguna tumba o mausoleo dentro de la propiedad».
Ante las informaciones contradictorias, la Unesco reiteró su petición de paralizar cualquier proyecto hasta que se «haya finalizado y aprobado el Plan de Desarrollo Sostenible Global y se hayan definido una visión y unos principios claros para el futuro».
UN FUTURO INCIERTO PARA UN PASADO GLORIOSO
Galila el Kadi, urbanista egipcia, lidera un equipo de investigación sobre la preservación del patrimonio arquitectónico de El Cairo en la Universidad de París, desde donde hace seguimiento a la Ciudad de los Muertos durante las últimas tres décadas.
«El informe anterior de la Unesco fue muy crítico con las autoridades egipcias y su tratamiento hacia la herencia patrimonial, particularmente en El Cairo histórico», dijo El Kadi a EFE, quien remarcó que Egipto se comprometió a llevar a cabo un plan de revitalización que nunca ejecutó y posteriormente puso en marcha una red de nuevas carreteras.
Ahora, se muestra expectante por el próximo encuentro de la Unesco y el gobierno de Egipto, que tendrá lugar en diez días en la capital saudí, Riad.
Mientras tanto, vecinos y amantes de la historia y cultura egipcia más allá de los faraones temen que la maquinaria, de momento paralizada, vuelva para acabar con los próximos objetivos a derrumbar, ya señalados e identificados con pintura, para seguir con las infraestructuras del presidente egipcio, Abdelfattah al Sisi.
Rosa Soto