Córdoba es una ciudad con un gran legado cultural y monumental. Su ubicación estratégica, cerca del río Guadalquivir y de Sierra Morena, aportan a las tierras cordobesas un encanto único.
La Unesco reconoció en 1994 la importancia universal de los bienes históricos cordobeses. No sólo a la Mezquita Catedral, sino también a todo el conjunto urbano que lo rodea. Además, en diciembre de 2012, Córdoba recibió otro distintivo más: ‘La Fiesta de los Patios’, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La Mezquita de Córdoba, hoy Catedral, es el monumento más significativo de la etapa musulmana en Occidente y el templo religioso más grande del mundo. Su construcción fue iniciada en el año 785 D.C en el lugar de la antigua basílica visigoda de San Vicente. Debido al crecimiento demográfico de la ciudad, la Mezquita vivió diversas ampliaciones. La primera de ellas fue realizada entre los años 833 y 852 por Abderramán II, la segunda ampliación tuvo lugar entre 961 y 966 cuya autoridad fue de Abderramán III. Finalmente, Almanzor amplió la Mezquita por última vez, doblando sus anteriores dimensiones en solo unos meses. En la Mezquita subyacen distintos estilos y soportes artísticos: desde el Helenismo hasta el Barroco, pasando por el esplendor califal. Este edifico brinda una visión de la Historia del Arte y un rico dialogo entre culturas.
El Puente Romano de Córdoba cruza el río Guadalquivir a su paso por la ciudad. Está compuesto de 16 arcos, aunque originalmente fueron 17, y tiene una longitud que casi alcanza los 250 metros. Durante veinte siglos, este puente fue la única forma de cruzar el río. Junto al Guadalquivir, en el extremo sur, está la Torre de la Calahorra que alberga el Museo vivo de Al-Andalus, una exposición que muestra la tres culturas que convivieron en Córdoba. Desde la azotea de la torre se puede contemplar el casco histórico, la Mezquita- Catedral y el río.
Los patios de Córdoba alcanzan su máximo esplendor durante el Festival de los Patios Cordobeses, que se celebra en la primera quincena de mayo cada año. Fue en el año 1918 cuando se organizó por primera vez el Festival de los Patios. Debido a la Guerra Civil Española, ésta tradición fue interrumpida, volviendo a resurgir en los años cincuenta. Desde este momento, cada primavera en mayo, todos los participantes del concurso abren sus patios para que el público pueda visitarlos.
El objetivo de este concurso popular es premiar el esfuerzo que hacen los vecinos para conservar estos rincones tradicionales, además de difundir estos tesoros para dar a conocer la arquitectura tradicional cordobesa. La mayoría de ellos se encuentran en los barrios: Santa Marina, San Andrés, San Lorenzo y San Basilio, Alcázar Viejo, Judería entre otros.
Como dijo el filósofo y escritor cordobés Séneca: “larga es la vida si la sabemos aprovechar”, y qué mejor manera de aprovecharla visitando esta ciudad y disfrutando de sus contrastes culturales y patios andaluces, en este mes de mayo.
