Este domingo, 21, se celebra el Día Internacional del Yoga, práctica que llega desde la antigua India hasta la gran red virtual mundial como un “escudo protector” para sobrellevar la actual crisis internacional
El 21 de Junio se celebra el día internacional del Yoga, fecha oficial promulgada por la ONU en el 2014, reconociendo a nivel mundial los beneficios de esta práctica.
Los orígenes del yoga son objeto de debate pero sabemos que se trata de una práctica milenaria. También sabemos que es una de las bases del hinduismo, religión mayoritaria en India, donde millones de personas siguen esta disciplina. Y que a partir del siglo XIX y, sobre todo en el XX, se expandió por Occidente, y que en los últimos años solo aumentan sus adeptos.
Fue en septiembre de 2014 que el recién Primer Ministro de India, Narendra Modi, pidió a la Asamblea General la creación de un Día Internacional del Yoga; práctica que definió como «un regalo de India al mundo». Desde entonces, todos los años se realizan prácticas masivas en todo el planeta, y en los últimos años acompañados de intenciones: “Yoga para la Paz” en 2018, “Acción Climática” en 2019, llegando este año a “Yoga para la salud, ahora en casa”.
El yoga es más que una actividad física destacó Modi en el discursó presentado en la sesión de la Asamblea General “El yoga representa la unidad de la mente y el cuerpo, el pensamiento y la acción. Es importante coordinar todos esos aspectos. Ese enfoque holístico es valioso para nuestra salud y nuestro bienestar. El yoga no se trata solo de ejercicios, se trata de una manera de descubrir el sentido de identidad de uno mismo, el mundo y la naturaleza».
Celebrar el Día Internacional del Yoga
Coincidiendo con la celebración del solsticio de verano, el ritual clásico de la filosofía yóguica es realizar 108 saludos al sol, una clásica secuencia de posturas. Este es un número importante presente en el número de cuentas de los collares hindúes -malas-, el doble de las letras del álfabeto sánscrito, los textos sagrados de la tradición hinduísta -Upanishads-. Además de ser tres dígitos que sumados dan como resultado un múltiple de 3; otro número sagrado.
Pero son varias las prácticas, y ni todas tan ortodoxas. Así, hoy en día podemos observar prácticas promulgadas tanto desde instituciones como es el caso de la embajada de India en España, personalidades mediáticas como la conocida Xuan Lan, empresas como Oysho, o hasta ONG’s como es el caso de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
Programación
12 horas de Yoga: organizado por Oysho, se inicia a las 8:00 con Xuan Lan -una referente del yoga en España- y seguirá con clases por todo el mundo acabando con una clase especial de meditación y Yin Yoga de Kino McGregor desde Miami. Las sesiones duran 45 minutos y se podrán acceder desde las cuentas de Instagram y Youtube de Oysho.
“Yoga en casa”: Dinesh Bhatia, embajador de la India ante Argentina, Uruguay y Paraguay está ofreciendo online jornadas de yoga con un amplio programa de actividades que se pueden acceder en línea hasta el 21 en la web “diadelyoga.com.ar”.
17 prácticas yóguicas en línea: organizadas por la embajada de la India en España que invitado a 17 escuelas y profesores de yoga a colaborar ofreciendo videos que se pueden consultar en línea gratuitamente en el canal de Youtube “India in Spain”.
Yoga solidario: en colaboración con la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) la profesora de yoga y modelo Verónica Blume ofrece la actividad “Meditación por refugio online”, un taller online de una hora cuyas entradas se podrán conseguir haciendo una aportación voluntaria a la ONG.
Incluso muchos Ayuntamientos se suman a la conmemoración del día del yoga, como es el caso de Fuenlabrada. Así que no habrá excusa para no experimentar, por lo menos por un día, esta práctica que parece ser tan beneficiosa.
Yoga y Pandemia Mundial
Hace años, dijo el ex-secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que el Día Internacional del Yoga acentuaría «los beneficios holísticos del yoga». Y de hecho sucedió que en el año pasado la lluvia en Nueva York, en vez de provocar los habituales trastornos, llevó a una sesión de yoga histórica en la misma sala de la Asamblea General.
Este año, en plena pandemia del coronavirus, vuelve a aparecer el yoga para “ayudar a las personas en situaciones de emergencia para aliviar el estrés” como parece haber profetizado Ban Ki-moon. Con el lema “Yoga para la salud, ahora en casa” la ONU no solo recomienda el yoga como un medio para mejorar la salud en su Plan de Acción Mundial sobre Actividad Física 2018 – 2030 sino que incluso ofrece recursos de meditación y práctica de yoga en la sección de Bienestar para el personal del portal de Coronavirus de la página web de la organización.
Mientras que en la India donde la epidemia se propaga de manera preocupante Narendra Modi publicó, este jueves, un vídeo en el que dice que al no haber aún una vacuna contra la COVID-19 “solo una inmunidad fuerte puede actuar como escudo protector o guardaespaldas para nosotros y nuestros allegados. El yoga es un amigo fiel en la construcción de este escudo protector».
Además, igual que tantas escuelas de yoga y espacios comunitarios, también el primer ministro indio se lanzó a promover la práctica casera, creando un avatar animado de sí mismo en el que practica varias posiciones en el canal de Youtube “Yoga with Modi”, disponible en varios idiomas.
Yoga y la Paz Mundial
Curiosamente cuando se presento la propuesta de un Día Internacional del Yoga la resolución no solo fue patrocinada por 177 países -un apoyo relevante para este tipo de resoluciones- sino que fue adoptada por unanimidad por los 193 Estados miembros de la ONU. Una unión sin precedentes en la historia de la Organización.
La misma palabra “yoga” procede de verbo “yuj” que significa “colocar el yugo a dos bueyes” para unirlos. De hecho, en la lengua española podemos apreciar la presencia de esa raíz indoeuropea, por ejemplo, en la palabra “conyugal”. Así que yoga significa, literalmente, unión.
De la unión trata, resumidamente, la filosofía del yoga. Pero como objeto de un largo estudio teórico (que requerirá la disciplina práctica): lograr la unión del cuerpo y la mente para lograr armonía, tanto en el plano físico, mental y espiritual; un estado de consciencia. Para conseguir ese estado, el yogui o la yoguini tiene que pasar por varios pasos -el llamado “Óctuple Sendero”- siendo el primero un código de conducta social. Dentro de ese código, el primer valor transmitido es “ahimsa” (traducido como “no violencia”), la intención de no hacer daño y buscar la armonía con mi entorno.
Es verdad que en el mundo occidental, el yoga parece haber llegado más como práctica lúdica, al popularizarse más las posturas en sí -asanas- que la teoría que está por detrás. Pero en ese otro significado del yoga, el práctico, no deja de ser un método para lograr la anhelada unión y consciencia. Como dijo el ex-secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, “El yoga es un deporte que puede contribuir al desarrollo y la paz”.
