Con la llegada de la primavera muchas personas sufren cansancio generalizado, apatía e irritabilidad, síntomas propios de la astenia primaveral

Con el inicio de la primavera, no solo vienen las alergias, que incluso se están adelantando cada vez más. Propio de la llegada de esta estación es la astenia primaveral; un trastorno afectivo estacional que produce una sensación pasajera de cansancio físico y mental.

Está relacionada con el inicio de la primavera y se manifiesta mayoritariamente en mujeres, entre los 20 a 50 años.

Su prevalencia puede asociarse a las características de la sociedad actual tales como la sobrecarga laboral; el estrés; o la ansiedad; que reducen la capacidad adaptativa  y propician estados anímicos más vulnerables ante los cambios.

No obstante, este proceso no debe confundirse con la astenia crónica o síndrome de astenia crónica (SAC), que requiere diagnóstico y tratamiento médico.

La astenia primaveral es un síndrome leve y de corta duración, desencadenado por el cambio de las condiciones climáticas, el aumento progresivo de las temperaturas y las horas de luz, la humedad ambiental y las variaciones en los horarios y hábitos de vida.

Estos cambios propician que nuestro organismo necesite programarse.

Todo ello, produce en algunas personas un aumento de sentimientos como nostalgia, apatía o tristeza. Sentimientos que, a medio y largo plazo, pueden derivar en serios problemas si no se toman las medidas adecuadas.

¿Cuáles son sus síntomas?

Engloba una sensación inexplicable de apatía y tristeza, acompañado de cansancio generalizado, fatiga y debilidad. Además, se pueden sufrir cambios de humor, irascibilidad, dificultad para concentrarse y trastornos del sueño. Los dolores musculares, articulares y la cefalea también son frecuentes.

Los cambios en el clima, el aumento de las temperaturas y la humedad ambiental, las variaciones en los horarios y hábitos de vida 

No se trata de una enfermedad, si no de un estado que no tiene un valor patológico en sí mismo. Está más relacionado con un mecanismo fisiológico de adaptación a las condiciones propias del cambio de estación.

¿Cómo podemos superarla?

Para revertir lo síntomas, basta con seguir una serie de sencillas pautas de forma regular.

1- Mantén horarios fijos

Nuestro organismo debe encontrar de nuevo su equilibrio y, para ello, necesita de horarios fijos de alimentación y descanso. Comer e ir a dormir cada día a la misma hora hará que nuestro cuerpo consiga ajustarse de manera más liviana.

En este sentido, evita posponer el despertador, por muy tentador que sea, ya que esta acción interrumpe los periodos de sueño y hace que nos sintamos más cansados a lo largo del día. Aquí te contamos tres elementos que se deben tener en cuenta para una mejor calidad de sueño. 

Dormir de forma correcta es un hábito fundamental para nuestro bienestar físico y mental.

2- Haz ejercicio

No hace falta encerrarse durante horas en el gimnasio, podemos aumentar nuestros niveles de energía saliendo a correr una hora, montando en bici o, simplemente, saliendo a pasear. Además, si aprovechamos las horas de sol, mucho mejor. Esto conseguirá que nuestro cuerpo se adapte a la primavera y al aumento de las temperaturas. También, nos beneficiaremos de la vitamina D.

3- Mímate

Es normal sentirse exhausto después de las obligaciones diarias. Para revertir esta situación, será muy beneficioso para nosotros mismos dedicarnos, al menos, 30 minutos del día para cuidarnos: leer, tomar un té, cuidar nuestra piel con una rutina de skin care, ver nuestro programa de tv favorito, escuchando música alegre y, sobre todo, desconectar del móvil por un rato.

De hecho, las responsabilidades, conflictos, exigencias, sacrificios a los que nos vemos expuestos son estímulos que pueden afectar a nuestro estado emocional.

En este sentido, sentirnos constantemente cansados y agotados emocionalmente son signos de un estado de sobrecarga mental. En este artículo te contamos cuáles son las señales que indican que tienes fatiga mental y cómo combatirla.